“Educar es cosa del corazón” Disponer el corazón para escuchar y anunciar la voz de dios es indispensable, en ese encuentro se renueva la fé, que nos mueve a compartir el evangelio, y la transformación que el anuncio de la salvación produjo en nosotros.
No es cosa menor que Dios haya confiado almas a sus muy amados, por ello requiere de escuchar, observar, anticipar y conocer ese camino que Dios soñó para revelar su amor a los mas pequeños. Ese llamado al que hoy das respuesta puede ser la causa de salvación para la vida de un niño, de su familia, para cambiar la historia. Ser un lider en el ministerio infantil puede colmar tu vida de bendición y sanación.
Liderar a los niños es una invitación a vivir con pasión y entusiasmo este llamado en el cuál los carismas comenzarán a dar fruto abundante. Para ser claros guías en este proceso, es crucial cultivar ciertas características que fomenten un ambiente de confianza, alegría y apertura espiritual. Si conoces a Jesús: ¡Que se te note!
Aquí hay algunas ideas inspiradoras:
Escucha y confianza: Para liderar a los niños en su encuentro con Jesús, es fundamental escuchar sus inquietudes, preguntas y experiencias. Crear un espacio de confianza donde se sientan seguros para expresarse libremente fortalecerá su vínculo con la fe. Por ejemplo, alentemos a los niños a compartir sus experiencias de oración o cómo han sentido la presencia de Dios en sus vidas. Esta confianza y guía no solo aplicará a su aprendizaje, sino que también será experiencia de su vínculo con papá Dios, para iniciar su oración y relación personal.
Disposición de corazón: Un líder debe mostrar una disposición sincera y abierta hacia los niños, reflejando el amor y la compasión de Jesús. Esto implica estar dispuesto a caminar junto a ellos en su camino de fe, dar respuesta con gestos y signos, que orienten al niño en su apertura de corazón. Estar dispuestos a la escucha, a lo imprevisto, y a sus necesidades resulta indispensable.
Pedagogía de Jesús: Sigamos el ejemplo de Jesús en su enseñanza, utilizando parábolas, historias y experiencias cotidianas para transmitir los principios de la fe de manera accesible y relevante para los niños. Por ejemplo, podemos utilizar la parábolas. Ser pedagogos como Jesús implica observar, recibir, y dar respuesta a la necesidad de ese niño. Jesús llama por su nombre. Él nos enseña a poner a los niños en el centro, estemos dispuestos a aprender de ellos con sencillez de corazón. Jesús se expresa a través de los sentidos, de sus gestos y escucha.
Alegría y disposición al juego: Infundamos nuestras enseñanzas con alegría y entusiasmo, mostrando a los niños que el camino de la fe es emocionante y lleno de aventuras. A través del juego y la creatividad, podemos hacer que la experiencia de aprender sobre Jesús sea divertida y alegre. El juego es la mayor forma de generar un impacto positivo desde la experiencia de fé. Los niños están dispuestos a jugar, necesitan hacerlo. Desde el movimiento y la creatividad concretan una experiencia personal de acercamiento a aquello que parece abstracto.
Optimismo: Nuestro lenguaje desde la animación puede Veamos cada desafío como una oportunidad para llevar la luz del Evangelio a los niños. En lugar de desanimarnos por las dificultades, encontremos maneras creativas de superarlas y transmitir la esperanza y el amor de Jesús en todo momento.
Docilidad al Espíritu Santo: Permitamos que el Espíritu Santo guíe nuestras enseñanzas y nos inspire en nuestro trabajo con los niños. Estemos abiertos a sus inspiraciones y dejemos que nos lleve a lugares inesperados en nuestro ministerio.
Vida espiritual como testimonio: Para liderar a los niños hacia Jesús, es fundamental que nosotros mismos vivamos una vida de fe auténtica y coherente. Seamos testimonios vivos del amor de Dios en nuestras acciones y actitudes diarias.
Lenguaje cercano y sencillo: Utilicemos un lenguaje sencillo y accesible al hablar con los niños sobre la fe, evitando términos complicados o abstractos. Adaptémonos a su nivel de comprensión para que puedan asimilar mejor los conceptos espirituales.
Capacidad para emplear ejemplos: Utilicemos ejemplos concretos y situaciones de la vida cotidiana para ilustrar los principios de la fe y hacer que las enseñanzas sean más relevantes y significativas para los niños. Por ejemplo, podemos relacionar la historia de la multiplicación de los panes y los peces con la importancia de compartir y ayudar a los demás.
Liderar a los niños es un carisma que Dios me regaló. Año a año continúo aprendiendo lo que Dios quiere hace. El Papa Francisco ha expresado la necesidad de catequistas capaces de ser “testigos vivos de la presencia del Señor resucitado en el mundo”. Esta frase nos recuerda la importancia de vivir nuestra fe de manera auténtica y apasionada, siendo modelos a seguir para los niños en su camino hacia Jesús.
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